EL PAÍS TV
«Existen páginas web dedicadas exclusivamente a ver lo que están grabando cámaras de móviles personales y conseguir tráfico”
Los piratas informáticos están atentos a los nuevos gadgets. No necesitan ser genios: basta con que practiquen el Google hacking para campar a sus anchas por las tripas de nuestros dispositivos. (Nota: nada como juntar dos términos en inglés para dar por bautizado pomposamente un nuevo concepto; en román paladino, esta técnica no implica más que aprovechar el buscador para aprender sencillas técnicas de pirateo).
Lo único que protege al usuario, de momento, es la confusión de los ciberdelincuentes, que aún no han dado con la clave para sacar dinero tras conseguir acceder, por ejemplo, a nuestro reloj inteligente. “La ciberdelincuencia es una industria; hasta que no haya un volumen suficiente de dispositivos en el mercado no se efectuarán ataques a gran escala”. Así lo afirma Pablo Teijeira, delegado en España y Portugal de Sophos, una empresa británica de seguridad digital. “A los hackers les importa más demostrar que pueden controlar un dispositivo ajeno que sacar dinero de él. El panorama en el Internet de las cosas de ahora es similar al de la ciberdelincuencia dedicada a los ordenadores hace quince años”. En jerga económica, los piratas aún no saben cuál es el coste de oportunidad.