Las ‘webcams’ resultan muy vulnerables al ataque de los piratas informáticos
Los usuarios de webcams apenas se preocupan por la seguridad de sus dispositivos, y son muy vulnerables. “La mejor manera para que quedemos expuestos es conectar nuestros dispositivos a una wifi pública —ironiza Teijeira— y parece que los fabricantes de estos dispositivos no han aprendido nada de treinta años de seguridad porque cometen fallos que hace mucho quedaron subsanaron en los entornos de Windows o de iOS”.
La peculiar artesanía pirata de las webcams contrasta con la industrialización de los ataques a teléfonos móviles. En ese caso, es lógico, interesa el acceso a las credenciales bancarias, pero “no tanto para que el hacker robe dinero del usuario, sino para revenderlas en grandes lotes a quienes sí lo hacen”, apunta el experto. Cada vez más, se desea controlar a distancia las cámaras y los receptores de audio. “Existen páginas web dedicadas exclusivamente a ver lo que están grabando cámaras de móviles personales y conseguir tráfico [de visitas]”, pone como ejemplo Teijeira.