El gran éxito del verano no es una canción, sino un videojuego de realidad aumentada. Aún no ha llegado a España, pero solo en Estados Unidos ya se ha descargado más de 7 millones de veces.
Aún no se conocen cifras oficiales, pero desde su lanzamiento, el 5 de julio, en Estados Unidos, Pokemon Go ha sido descargado unas 40.000 veces por hora y los jugadores se sumergen en el mundo Pokémon durante 43 minutos diarios en promedio.
Pokémon Go es un juego de realidad aumentada que trae el universo Pokémon, vivo y coleando desde hace más de dos décadas, directamente al smartphone y lo hace convivir con nuestro entorno, poniendo a estos pequeños monstruos de bolsillo (traducción de Pokémon) en el mapa de nuestro vecindario.
La firma de análisis de videojuegos Quantic Foundry, ha creado un listado de las seis características que hacen de un videojuego una experiencia casi adictiva: acción, experiencias sociales, poder dominarlo, inmersión, creatividad y la posibilidad de conseguir premios o experiencias. Esta última es una de las características principales en el entorno de juegos. De acuerdo con un estudio publicado en Computers in Human Behavior, los jugadores son más propensos a jugar con una app que les de premios que con una idéntica que no los proporcione. Y allí tenemos el primer golpe al cerebro de Pokemon Go: el mecanismo de recompensa nos lleva a querer más. Y sin duda este juego nos estimula a recorrer diferentes áreas reales de la ciudad para capturar Pokémon.
Otro modo en el que afecta es en el ejercicio. Realizar cualquier tipo de actividad física tiene beneficios físicos y mentales. Para hacerse con algunos bichejos un poco más raros (que eclosionan de huevos), los participantes deben caminar entre 5 y 10 kilómetros. Así se liberan hormonas como dopamina o serotonina que influyen directamente en nuestro estado de ánimo.
También está el ingrediente del coleccionismo. La mayoría de los seres humanos tenemos un profundo interés en las colecciones: películas, muñecas, ropa, discos, insectos y hasta dedales del mundo. Para Christian Jarrett, psicólogo y neurocientífico, hay dos explicaciones para nuestro hábito de juntar lo que sea. “Los expertos en evolución – explica Jarret – sugieren que sería un modo de demostrar a una potencial pareja la capacidad de acumular recursos. Y también estaría nuestra tendencia a valorar más las cosas que poseemos. Nuestro interés por coleccionar comenzó hace unos 12.000 años, cuando dejamos atrás las costumbres nómadas”. Así, Pokemon Go, solo estimula algo que llevamos tiempo acumulando en nuestro cerebro. De hecho, el universo Pokémon surge de la inspiración de Satoshi Tajiri, su creador, y su hobby de catalogar y coleccionar insectos.
Otro aspecto menos obvio pero igual de impactante es el de la geolocalización. El jugar a Pokemon Go debemos ser capaces de ubicarnos en el espacio rápidamente y advertir si nos aventuramos más allá, hacer cálculos estimados de tiempo y distancia, etc. En el programa educativo de la Universidad de Carolina del Norte destacan que “las habilidades necesarias para leer e interpretar mapas son una parte de la alfabetización visual. Esto no solo tiene que ver con la decodificación de una imagen, sino también con su comprensión y su incorporación a otros conocimientos previos”.
La cantidad de Pokémon a descubrir son de unos 150, pero esto aumentará a más de 600 en los próximos meses. Cada personaje tiene sus propias habilidades y es necesario recordarlas para evaluar si, pese a tener menos poder de combate o CP por sus siglas en inglés, puede enfrentarse a un enemigo más poderoso recurriendo a una combinación precisa de golpes y estrategias. Todo ello requiere el uso de memoria y estadística, como destaca un estudio de la Universidad de Indiana.
Así, ya hay una razón para jugar a Pokémon Go. La excusa es que es divertido. Pero para ello habrá que esperar un poco más. El 16 de julio ya estará disponible para Japón y seguramente antes de fin de mes para España.
Juan Scaliter – 13/07/2016
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